domingo, 19 de abril de 2009

Ando Ganas (Llora Llora)- Los Piojos























Ando ganas de encontrarte
Cuanto lejos que estás de acá
ando ganas de encontrarte
ando lejos más no me da
no me da
Llora
llora
Llora mi pena de amor
Llora
llora
Llora mi pena por vos
Llora
llora
Llora mi pena de amor
y amale
A mí si que me gustan tus piernas mecerse
como si fueran olas
Por lo que se ve
me gustó tu mar
y tu canoa
Ando ganas de encontrarte
de una buena vez por todas
El invierno largo se fue
y ya cambiaron las modas
Llora
llora
Llora mi pena de amor
Llora
llora
Llora mi pena por vos
Llora
llora
Llora mi pena de amor
y amale

A mí si que me gustan tus piernas mecerse
como si fueran olas
Por lo que se ve
me gustó tu mar
y tu canoa

A mí si que me gusan tus pierna mecerse
como si fueran olas
Por lo que se ve
me gustó tu mar
y tu canoa

Sólo una cosa te digo
yo necesito un abrigo
que en esta tierra hace frío
si no estás al lado mío
Y como vos no hay ninguna
no brilla tanto la luna
Ando ganas de encontrarte
quiero llevarte pa´marte

domingo, 5 de abril de 2009

Erzsebet Bathory: La Condesa Sangrienta

Nació en el año 1560, el 7 de agosto, en una de las familias más nobles y ricas de Hungría. En su árbol genealógico encontramos un tío rey de Polonia, un primo Primer Ministro de Hungría e incluso un cardenal. También hallamos varios parientes adeptos a la alquimia y brujería, adoradores del demonio. Siempre fue notablemente hermosa, y sentía un terror exagerado a la idea de envejecer. Desde pequeña, fue instruída en la magia negra por una nodriza.

Existe el rumor de que a la edad de 13 años quedó embarazada de un sirviente: a él se lo castró y se lo arrojó a los perros, a ella se la envió a parir al castillo de unos parientes. Del bebé no se supo nada más.

Erzsebet Bathory era notablemente culta, hablaba con fluidez húngaro, latín y alemán.

En 1575, a la edad de 15 años, contrajo matrimonio con Ferencz Nádasdy, un gran guerrero apodado El héroe Negro. Se mudaron juntos a un castillo en Cárpatos, y poco después, su marido fue llamado a luchar.

La soledad y el aburrimiento despertaban el lado más oscuro de la condesa: sus sirvientes la introducían cada vez más en el ocultismo. Acabó llenando su corte de brujos y alquimistas.

Solía mantener relaciones lésbicas con sus criadas y se fugaba de su castillo para acostarse con los nobles más extravagantes de la región.

Al poco tiempo del regreso de su marido, Erzsebet tuvo su primer hijo, seguido de otros tres. Esto apartó las ideas esotéricas de su cabeza, ya que sus hijos le ocupaban todo su tiempo disponible.

En el año 1600 su marido murió y la condesa envió a sus hijos a vivir con otros parientes; también echó a su odiada suegra Úrsula de casa...

Y dio rienda suelta a sus macabros deseos:

Un día, una criada jaló con demasiada fuerza el cabello de la condesa mientras lo cepillaba. Ésta, rabiosa, le arrojó una tijera en la cara, salpicando también la suya. Entonces, al mirarse en el espejo, Erzsebet creyó comprobar que en la mitad del rostro salpicado con sangre, la piel rejuvenecía. Inmediatamente, envió a desangrar a la pobre joven en una bañera, donde posteriormente se sumergió la condesa.

A partir de ese momento, los baños se hicieron cada vez más frecuentes. Sus sirvientes salían a la caza de muchahas vírgenes de entre 9 y 26 años, prometiéndoles trabajo en el castillo. Obviamente, estas jovencitas estaban destinadas a morir desangradas en las mazmorras del ese infame lugar.

Después de bañarse en líquido vital, la condesa temía que la aspereza de las toallas disminuyera la eficacia del tratamiento, así que ordenaba a sus sirvientas a que le lamieran la piel.

Cuando no quedaron más muchachas en las cercanías del castillo, Erzsebet comenzó a traer hijas de otros nobles con el pretexto de educarlas. Estas chicas corrieron la misma suerte que las otras.

Uno de los métodos favoritos de la Condesa era la Dama de Hierro, un sofisticado aparato de tortura: una especie de sarcófago con filosos y largos clavos dispuestos de tal forma para perforar los puntos vitales de la víctima.


Los cadáveres eran sepultadoa o arrojados cerca del castillo. Con el tiempo, los campesinos de la región comenzaron a sospechar, y un grupo de ellos emprendió una expedición para averiguar lo que pasaba. Al acercarse a la morada descubrieron decenas de cadáveres, y se fueron aterrados a darle la queja a las autoridades. Los rumores de brujería y vampirismo llegaron hasta el mismísimo Rey.


El rey envió una tropa de soldados a investigar la denuncia: en el suelo del gran salón yacían varios cuerpos (algunos aún con vida) de mujeres pinchadas y desangradas, al rededor del castillo encontraron más de 50 cuerpos semienterrados, y en los calabozos se hallaba un gran número de mujeres, jóvenes y niñas gravemente heridas. Finalmente, sorprendieron a la condesa en medio de un sangriento ritual en una alejada habitación.


Automáticamente, todos los habitantes del lugar fueron sometidos a juicio. Las pruebas eran abrumadoras. Uno a uno, fueron confesando el asesinato de aproximadamente 600 mujeres. La acusación se concentró en los asesinatos de jóvenes nobles, pues los de las siervas carecían de importancia.

La condesa declaró "haberse bañado en ese fluído cálido y viscoso a fin de conservar su hermosura y lozanía" y sentirse "seducida por el siniestro perfume de la muerte"

En la sentencia todos fueron declarados culpables, unos de brujería, otros de asesinato y los demás de cooperación. Los sentenciaron a muerte: algunos fueron decapitados, otros quemados, otros azotados hasta morir.

Sólo Erzsebet tuvo un destino diferente: su condición de nobleza impedía condenarla a muerte, así que fue emparedada en su habitación, totalmente privada de la luz del sol, con tan solo una rendija para que le pasen escazo alimento.

Erzsebet soportó cuatro años en estas condiciones, hasta que murió el 21 de agosto de 1614 a la edad de 54 años.